ENTREVISTA EXCLUSIVA: ALICIA MOREAU DE JUSTO

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Aliciadejusto

Entrevistador: - Alicia…usted vino de muy pequeña a la Argentina

Alicia: - Es cierto. A los cinco años vine con mis padres. Veníamos de Londres, donde nací. Fue en 1890. Ahí nomás nos fuimos a vivir al barrio de Floresta.


E: - ¿A qué se dedicaba su padre?

A: - Mi padre tenía una librería. Yo tenía acceso a todo tipo de publicaciones. Desde ese momento me empecé a interesar por la literatura. De todos modos no duró demasiado porque papá llevaba libros a un hospital para los enfermos y nunca los recuperaba.


E: - ¿Qué más recuerda de su padre?

A: - En 1896 se fundó aquí el Partido Socialista. Venían muchas ideas anarquistas y socialistas de Europa. Mi padre se unió entonces al Partido Socialista y nos crió siempre con esa ideología política.


E: - ¿Y a qué se dedicó usted en sus primeros años?

A: - Fui maestra, era un trabajo común para las mujeres.


E: -¿Y cuándo comenzó a interesarse por temas sociales?

A: - Conocí a las hermanas Chertkoff que en 1902 comenzaron con los reclamos por el sufragio femenino. Con Fenia, una de las hermanas, promocionamos jardines maternales, fundamos bibliotecas populares y formamos parte de la Asociación Pro Educación Laica. Trabajábamos duro.


E: - ¿En esa época los hombres trataban bien a las mujeres, con respeto?

A: - Sí, sí…había respeto, pero no las dejaban hacer otra cosa que lavar la ropa, cocinar y cuidar a los hijos.


E: - ¡Y luego empieza la carrera de medicina! ¡No era común ver a una mujer en esa profesión!

A: - ¡Claro que no! Yo había estado trabajando en la prevención sanitaria y en la difusión de la higiene social. Fue en 1907. Ese mismo año ingresé en la Facultad de Medicina. Fue un año muy intenso. Apoyé la gran huelga contra los altos precios de los alquileres, contra el precio del pan y la carne; impulsé también la “Marcha de las escobas”, una procesión de amas de casa que defendían sus derechos. Caminamos por los barrios pobres de Buenos Aires.



E: - ¡Cuánto le debe a usted la existencia del voto femenino!

A: - Las mujeres socialistas nos habíamos agrupado y presentábamos peticiones y organizábamos actos y conferencias. Veíamos el gran interés de las mujeres. Pero llega la media ley al Senado y allí, donde predomina el conservadorismo, fue boicoteada y enviada a una carpeta. Los conservadores creyeron que mantenían a la mujer en la casa, que no fuera a desbarrancarse por otros lados. Estaban equivocados. Todo eso estaba en el ambiente, y había muchos grupos formados y mucha agitación.


E: - ¿Qué importancia le adjudica a esta posibilidad?

A: - El voto femenino implica mayores responsabilidades cívicas. Las mujeres no podrán lavarse las manos y decir yo no voté, yo no sé nada. El país se va a la ruina y yo no tengo nada que ver.


E: - ¡Y un día, Alicia se convierte en médica!

A: - ¡Así es! Fue en 1914. ¡Me gradué con honores y todo! (risas).


E: -Y cinco años más tarde representó a las trabajadoras de nuestro país en el Congreso Internacional de Obreras de Washington…

A: - ¡Sí! ¡Qué recuerdos! Tuve que cruzar la cordillera de los Andes a lomo de mula para poder embarcarme desde Santiago de Chile, ya que no conseguí pasaje en Buenos Aires.


E: -Cuénteme sobre la familia de Juan B. Justo, su esposo, Alicia.

A­: - Bueno, esto es interesante de contar. Fíjate, a Juan lo conocí allá por 1920, después de afiliarme al Partido Socialista. Así que cuatro años después me casé con él. Fue curioso porque él era mi líder en ese momento jajajaja…y bueno, finalmente tuvimos tres hijos. En cuanto a su madre Aurora Castro…una mujer excelente, fuerte, valiente. Mi relación con ella nunca fue de suegra a nuera. Para mí siempre fue como una compañera.


E: -Bien, ¿quiere contarnos sobre la muerte de su marido?

A: - Son recuerdos muy duros. Estábamos en nuestra quinta, en Los Cardales y sufrió un ataque cardíaco. Sobre aquel año 28 prefiero quedarme con la persona de su familia más cercana a mí, Aurora, que más allá de la muerte de Juan siguió siendo mi amiga hasta que su vida terminó.


E: - Gracias, Alicia. Fue un gusto

A: - ¡Fue un honor!

El 12 de mayo de 1986 a la edad de 101 años, Alicia Moreau fallece, dejando tras de sí una trayectoria de compromiso público como lección para el futuro.

Alicia

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